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Una piedrita en el camino.

El grupo de "los caracoles" se encontraba en una pizzería, guiados por su profesor, veían trabajar a los afanosos cocineros.

—Tienen que aprender cómo trabaja una empresa por dentro —explicó tratando de ser muy claro—. Cómo mueven sus maquinarias, que materias primas utilizan, los insumos que necesitan para trabajar... en fin de la a "A" la "Z".

Jimin tomaba notas tanto en su libreta como en su cabeza, tratando de entender lo que les decía.

—Cuando ya lo hayan hecho, es momento de proponerles que les compren a ustedes, esos insumoso esa maquinaria y les digan cuáles son las ventajas que tendrán si los prefieren a ustedes que a sus competidores.

—¡Calidad y precio! —gritó Jimin emocionado.

—Sí, esas serían unas buenas ventajas —le contestó sonriendo por su entusiasmo.

—Pero, ¿por qué nos trae a una pizzería? ¿No debería de llevarnos a las grandes corporaciones? —preguntó Minhyun fastidiado por la harina que se sentía en el ambiente.

—Todo a su tiempo, joven Jeon, además, no se imaginan todo lo que pueden aprender de las microempresas.

Una microempresa, eso es lo que necesito —pensó Jimin—. ¿Qué tan complicado es manejar una microempresa propia y al mismo tiempo tener que cuidar otros negocios?

El señor Namjoon lo volteó a ver.

—¡Caramba jovencito! Esa sí que es una buena pregunta, pues sí, es algo complicado, pero no imposible. Yo le recomendaría prudencia... que primero ganara experiencia en negocios ajenos y después iniciara el propio... Grupo, es hora de retirarnos, agradezcan a estos nobles caballeros, su atención y paciencia al recibirnos en su trabajo.

Cuando todos salieron a la calle, el señor Namjoon llamó aparte a Jimin.

—Joven Park, ¿usted conoce al señor Jeon?

Jimin se extrañó de su pregunta.

—Sí, señor Namjoon. ¿Qué sucede?

—¿Podría decirle usted, que nos deje de seguir? No creo que él tenga interés en volver a hacer este recorrido, y por lo que he observado, su único objetivo es mirarlo a usted.

—¿Qué cosa dice?

—Observe discretamente por arriba de mi hombro, en la esquina de enfrente, ¿no es Jeon Jungkook?

Jimin miró como se lo indicó, ahí estaba Jungkook "leyendo" un periódico.

—Discúlpeme un momento, señor Namjoon —dijo con la cara roja de vergüenza y cruzó la calle para enfrentar al "joven Jeon"—. ¿Qué significa esto, Jungkook?

—¿A qué se refiere joven Park? —respondió sin quitar la vista del periódico.

—¿Por qué me está siguiendo?

—¿Yo? —le dijo mirándolo muy sorprendido, con la cara más inocente que pudo poner.

—¿Por qué no está en sus clases?

—Eso es algo que no le interesa, joven Park, y yo no lo estoy siguiendo, solo estoy aquí parado leyendo el periódico, eso no es ningún delito.

Jimin entrecerró los ojos, pidiendo al cielo paciencia.

—Será mejor que regrese a sus clases y no pierda el tiempo "leyendo" el periódico.

—Tomaré en cuenta su petición, joven Park, buenos días —dio media vuelta y se alejó del lugar.

Jimin regresó con su grupo, y el señor Namjoon les dio un aviso.

—Presten atención, con esta visita concluimos ciertos objetivos que ahora tendrán que ser evaluados, así que la próxima semana se llevarán acabo los primeros exámenes, prepárense y ¡buena suerte!

Fue lo último que escuchó Jungkook viendo como todo el grupo de la facultad caminaba a diferentes direcciones, después de haber perdido de vista a Jimin, caminó sin rumbo fijo, hasta que se decidió y fue a la empresa de Jungwon, luego de saludarlo, le contó lo que había pasado con Jimin.

—¿De qué te ríes, Jungwon? —protestó muy enojado el joven—. No tiene gracia lo que te estoy diciendo.

—Perdón... lo siento, no me burlo de ti, sino de las circunstancias.

—¡No tienes idea de lo que estoy pasando!

—Creo que si.

—¿De verdad? ¡Pues explicármelo porque yo no!

—Estás arrepentido de haber dejado a Jimin, porque te has dado cuenta de que estás enamorado —sentenció sin más.

—No tiene caso seguirlo negando, sí, estoy enamorado de Jimin, del antiguo Jimin y del nuevo Jimin.

—¿Y qué piensas hacer al respecto?

—No creo poder hacer algo, él me odia aunque diga lo contrario, lo he perdido, por mi estupidez lo he perdido.

—Siguiéndolo a todos lados no lo vas a recuperar.

—¿Crees que todavía tenga la oportunidad de recuperarlo?

—No hay peor lucha que la que no se hace.

—¿Y qué sugiere que haga, "señor Corazón"?

—Lo que nunca hiciste.

—¿Qué?

—Enamorarlo —se lo dijo mirándolo a los ojos para ver su reacción—. A Jimin te lo "dieron" en bandeja de plata, nunca sufriste por conquistarlo. ¿Sabes acaso qué flores le gusta? ¿Qué me dices de lo que le enfadaba? Sus gustos, de sueños, ¿estabas al pendiente de ellos?

Jungkook se quedó callado y bajó la mirada, mordiéndose los labios hasta sangrarse.

—Fui un egoísta... Jimin se conformaba con lo que yo le daba, mientras él se deshacía en complacerme, aunque...

—Sigue, saca lo que traes adentro.

—Yo esperaba que me reclamara mi desinterés, esperaba que discutiera conmigo si algo no le gustaba, pero nunca lo hizo.

—Y tú nunca se lo dijiste.

—No es de caballeros desear esas cosas de su pareja.

—Pero si de un hombre exigírselo a su pareja, a la persona con la que quiere compartir su vida —Jungwon se levantó de su sillón y se acercó a Jungkook poniéndole una mano en el hombro—. Mi consejo es que le digas a Jimin, no solo lo que sientes por él, sino lo que te molestaba cuando estuvieron juntos, y escucha lo que tenga que decirte, aclaren las cosas, pongan las cartas sobre la mesa, si logran resolver sus rencores, ser sinceros entre ustedes, tal vez, tengan una oportunidad.

—Si es que él me permite acercarme.

—Eres un Jeon, lo lograrás.

—Y ahora está Lee Minho.

—Eso sí, es un problema grande.

Jungwon iba a apoyar a su hermano en todo, pese a que las cosas estuviesen difíciles. Los días siguientes fueron bastante abrumadores, pero sobre todo para Jungkook, quien estaba nervioso por el examen de Jimin, quería saber que sucedía, hasta que vio a Choi Soobin saliendo de la facultad.

—Choi, ¿cómo les fue en el examen? —preguntó un ansioso Jungkook.

—¡Ha ocurrido algo malo!

—¿Qué sucede? ¿Le pasó algo a Jimin?

—No lo sé todavía, el examen de Park se lo confiscaron y lo llevaron a ver al rector y tú sabes que cuando te llevan a ver al rector...

—¿Están todavía en su oficina?

—Sí, y todo el grupo está haciendo guardia en la puerta esperando noticias.

—¡Pues que esperas, regresa allá adentro e infórmate de todo! Yo te esperaré aquí —Soobin regresó corriendo, dejando a Jungkook echando chispas.

—¡Qué no tenga nada que ver! ¡Dios, por favor cuídalo!

Dejando al pelinegro atrás, Choi Soobin salió corriendo nuevamente de la facultad, para ver que sucedía con su amigo, si, fueron largos minutos en los que estuvo ahí y cuando tuvo noticias salió corriendo de la oficina del rector llegando hasta donde se encontraba Jungkook.

—¿Qué pasó?

—Deja... tomo... aire.

—¡Pues hazlo rápido que me tienes en ascuas!

—Park ya salió de la oficina del rector.

—¿Y...? —Jungkook casi se arrancó un mechón de su cabello de la desesperación.

—No estoy muy bien enterado, solo te diré lo que vi y escuché... Park salió de la oficina del rector, se veía que había llorado, pero al mismo tiempo se veía tranquilo. Pasó de largo junto a nosotros y en ese momento Minhyun lanzó una risita. ¡No me lo vas a creer! Park se detuvo y se fue directo contra Minhyun, puso su carita así de centímetros de Minhyun y dijo algo así como...

"—Fuiste tú, ¿verdad? Algo le hiciste a mi examen para que quedara mal ante el rector.

No sé de qué hablas, Park, además, tú crees que me interesaría hacerte quedar mal, no eres tan importante, tan solo eres un huérfano después de todo. ¡Escuchen todos! Park Jimin se crió en un orfanatorio.

—¡Vamos Minhyun! Tus trucos baratos ya no sirven conmigo, ya no le puedes poner piedritas a mi montura. ¡Este huérfano no caerá por ti!"

—...y se retiró dejando a Minhyun del peor genio que te puedas imaginar.

—Gracias por la información, Choi —le dijo Jungkook más calmado.

—Soobin.

—¿Qué?

—Me llamo Choi Soobin, y fue un placer ayudar al novio de mi amigo, ahora tengo que regresar a la escuela antes de que empiecen a preguntar por mí.

—Gracias Soobin, por todo, nuevamente.

Jungkook no se movió de su lugar, tenía que arreglar cuentas con Minhyun.

✧✦✧

Jeon Minhyun caminaba solo por la calle, con lo que pasó con Jimin, todos sus compañeros huían de él como de la peste misma. Al dar la vuelta a la esquina, una mano se apoderó de su cuello y lo estrelló contra la pared.

—¡Veamos, primito! ¿Piensas que metiéndote con Jimin me tienes agarrado del cuello como yo te tengo en este momento?

—¡Y tú... a cada rato... me lo confirmas! —pudo decir con el aire escaseando.

—Tal vez así lo sea, pero apréndete esto, cada vez que trates de dañarlo... —Jungkook le propinó un golpe en el estómago—. Tendrás un recuerdo de estos —y le propinó otro—. Y si sigues insistiendo —y otro golpe más—. Los golpes irán subiendo hasta tu linda carita. ¿Me entiendes, primito? —y lo soltó, cayendo estrepitosamente en el piso.

—¡No creas que con esto me asustas!

—¿Quieres más?

Minhyun, cual cobarde, logró levantarse y huir de los puños de Jungkook.

✧✦✧

Jimin iba a ir a su casa a estudiar, tenía que aprobar ese examen, sin embargo, estaba caminando de un lado para otro hecho una furia, en el departamento de Taehyung.

—¡Y se portó muy digno, diciéndome que no me estaba siguiendo, que sólo estaba leyendo! —de pronto reparó en Taehyung, que estaba con la mirada perdida en algún punto sin definir—. Taehyung... ¿Qué sucede?

Kim regresó a la realidad.

—¿Qué?... No te preocupes Jimin, hablaré con Jungkook.

—¿Qué te pasa Taehyung?

—Nada importante, Jim —dijo recobrando su jovialidad de siempre.

—Siempre te vengo a abrumar con mis problemas Tae y me olvido que tú también tendrás los tuyos.

—Te digo que no es nada importante, mejor olvidémonos de los problemas y cuéntame como te sientes con los próximos exámenes.

—Estoy más que nervioso, estos exámenes lo son todo para mí, con estos exámenes les demostraré a mis padres que puedo lograrlo, y me demostraré a mí mismo que puedo hacer algo de provecho.

—Tenlo por seguro, Minnie —y los dos amigos se abrazaron, aunque Jimin se quedó preocupado por Taehyung.

✧✦✧

Los siguientes días, Jimin se la pasó en su casa encerrado devorándose los libros y lecturas de economía que el señor Namjoon le había dado.

Finalmente el gran día llegó. Los nerviosos estudiantes esperaban en sus lugares la llegada del examen. El señor Namjoon llegó con algunos alumnos de grado superior que serían los observadores y en total silencio repartió los exámenes.

—Tienen dos horas para contestar el examen. ¡Suerte!

El tiempo transcurrió, a la hora acordada el señor Namjoon recogió los exámenes y se los entregó a uno de los observadores.

—¡Bien! El joven aquí presente llevará los exámenes al rector, él los evaluará, pueden retirarse.

Los alumnos se fueron retirando.

—Será un martirio esperar a ver que pasó con tu examen —comentó Soobin.

—No hay otro remedio —le contestó Jimin y se fueron a su casas.

Los días pasaron lentamente para el grupo de "los caracoles", pero llegó el día de la entrega de las calificaciones. El señor Namjoon los iba nombrando y les entregaba su examen con su calificación y las observaciones del rector. Jimin veía pasar a sus compañeros, unos rascándose la cabeza con cara de angustia, a Choi Soobin se le dibujó una sonrisa de medio lado, pero su nombre no lo escuchaba.

—Joven Park, creo que tenemos un problema con usted, sígame por favor —le indicó el señor Namjoon y condujo a Jimin a la oficina del rector.

Cuando entraron a la oficina, el hombre era toda severidad en su semblante, lo que le indicó a Jimin que algo no estaba bien.

—Joven Park —se dirigió a él fríamente—. Si no me equivoco, usted vino a esta oficina para que le diéramos la oportunidad de demostrarnos que era digno de ser alumno de esta institución, pese a que no pasó por un examen de admisión.

—¿Por qué me dice eso? ¿Qué pasó con mi examen? —Jimin estaba sumamente nervioso.

—¿Que qué pasó? —el rector reveló su enojo finalmente, abrió un cajón de su escritorio y sacó lo que parecía el examen, arrojándolo sobre el mismo—. Esto, joven Park, ¡es una burla!

Jimin tomó los papeles con manos temblorosas, y tuvo que esperar un poco a que las lágrimas lo dejaran ver lo que estaba escrito. Era un examen, sí, pero las respuestas eran burlescas, con palabras soeces, y al final firmaba "Park Jimin".

—¿Usted solo vino a divertirse, joven? Pues le informo que nosotros no somos su burla. ¡Queda expulsado de la facultad de economía! Puede retirarse.

Jimin se quedó con la mirada clavada en el suelo, las palabras del rector lo hirieron de muerte. ¡Lo estaban echando como a un criminal! No lo podía soportar, se dio la vuelta para salir de ahí... pero una serie de voces empezaron a llenar su cabeza.

—¡Duró muy poco tu estancia en la escuela, huerfanito!

—¡Te lo dijimos tu padre y yo, eso no es para muchachitos como tú!

—¡Me has decepcionado, Jimin!

—¡Por eso terminé contigo, porque eres poquita cosa!

Jimin se volteó de nuevo, encarando al rector, y se limpió las lágrimas con sus manos.

—¡No me voy a ir!

—¿¡Qué!? ¿Qué chico tan impertinente? ¿O nos va ofrecer un soborno? —bramó el rector.

—¡No les voy a ofrecer un soborno y si les voy a exigir una disculpa!

Los dos letrados se quedaron mirando uno al otro.

—Creo que se ha vuelto loco.

—¡Este examen no es mío! —volteó a ver al señor Namjoon—. ¡Usted puede comparar mis anotaciones! ¡Esta no es mi letra! —y regresó a enfrentar al rector—. Señor Youngjae, lo reto a usted a que me vuelva hacer el examen aquí, en este instante.

—¡Ja! ¿Quiere seguir jugando?... Muy bien, tome asiento joven Park.

✧✦✧

No habían pasado ni dos horas y Jimin se encontraba llorando a lágrima viva en uno de los salones vacíos de la escuela, cuando entró el señor Namjoon.

—No debería llorar más.

—¡No me diga que también los ofende que me ponga a llorar!

—Lamentablemente en el mundo de las finanzas, las lágrimas significan debilidad, fracaso, y usted ha demostrado todo lo contrario.

—Pero es que me duele que hayan pensado que yo hice ese horroroso examen.

—¿Acaso yo lo acusé de algo?

—No... ¡Pero tampoco me defendió!

El señor Namjoon comenzó a reír.

—Perdóneme, solo estaba esperando saber de que temple estaba hecho y no me defraudó, usted será de los que no se rompen. Sólo le recomendaría que no se dejara llevar por sus emociones. No está impuesto a exponerla, ¿verdad?

—Me ha costado dejar la timidez y la inseguridad con la que nací... pero ahora creo que me estoy excediendo.

—Suele suceder, tantos años guardando cargas emocionales, que, a la hora de sacarlas a la luz, nos pueden perjudicar en nuestro juicio. Como se lo dije anteriormente, prudencia... ¿Ya se encuentra mejor?¿Quiere algo?

—No se preocupe, dentro de poco llegará alguien por mí y nos iremos a casa.

—¿Acaso no tiene su propio auto?

—Todavía no me lo gano, y creo que tendré que convencerlo de que pasé el examen, sin una prueba en papel.

—No se preocupe, le haré una carta, aunque no le expondré lo que realmente pasó.

—Gracias... ¿Usted cree que darán con el culpable de esto?

—El rector se lo prometió, aunque ya tenemos nuestras sospechas, tómelo como una piedrita en el camino.

—Entiendo, aunque me temo que, en el mundo real, las piedras son más grandes.

—Así lo es joven Park, esto que pasó no es nada comparado con lo que le espera allá fuera.

Momo acompañó a Jimin a su casa, quien todo el camino estuvo llorando sin parar hasta que llegaron a su casa, el castaño entró a su hogar con la cabeza baja, pero rápidamente levantó su rostro con los ojos hinchados, les contó a sus padres que lloró por la emoción de haber pasado el examen, y aunque la carta del señor Namjoon fue prueba válida, se extrañaron de no ver el examen en sus manos. El señor Park extendió su ayuda en seguirle pagando unos meses más sus estudios y hasta le ofreció un auto propio, con chofer para que lo llevara y trajera de la escuela, mientras que él aprendía a manejar, claro siempre en compañía de Momo.

Al bajar las escaleras empezó a notar el aroma a flores, y ante sus ojos, fueron presentándose dos hermosos ramos de flores.

—¡Jimin! Llegaron hace cinco minutos. ¡Vamos, lee la dedicatoria! —exclamó la señora Park.

Jimin no salía de su asombro, nunca recibía flores, y las dos únicas veces que lo recibió eran de su papá.

—"Por haber cumplido tu palabra, con amor papá", ¡estas son de papá, las azucenas son de papá!

—¿Y los jazmines? —preguntó apurada su madre.

—"Para el chico del piano y de la pluma, su más ferviente admirador, Lee Minho", ¡qué hermosas palabras! —Jimin se encontraba de verdad conmovido.

En esos momentos, nuevamente llamaron a la puerta, uno de los empleados salió a abrir la puerta y regresó con un ramo el doble de grande que los anteriores, tan grande que el mayordomo pidió ayuda para poder cargarlo.

Entre dos empleados, Jimin y su madre, lo pudieron poner en medio de la sala. El castaño empezó a observarlo detenidamente, era un arreglo floral extraño y único, porque no solo se componía de azucenas y jazmines, sino que también pudo observar, rosas rojas, rosas rosadas, lirios, nardos, margaritas y hasta una gerbera blanca, una explosión de color que dejó impresionados a todos que lo observaban.

—No creo que sea de papá.

—Ni del joven Lee —segundó su madre—. ¿Por qué no lees de una buena vez la dedicatoria?

Jimin abrió el sobrecito y leyó.

—"Nunca supe cuál era tu flor favorita, por eso te envío este ramo para que escojas las que te gusten, esperando que me perdones por esa falta, tu más ferviente admirador, Jeon Jungkook".

—Jimin —la señora Park estaba extrañadísima—. ¿Por qué Jungkook envía flores? ¿Cómo sabe que estás celebrando algo?

—Madre, Jungkook pasó por este camino por donde yo empiezo a caminar, sabe las fechas de los exámenes, lo que creo que no se ha dado cuenta, es que nuestra relación ya terminó —volteó a ver a sus empleados—. Muchachas, sin ofender, pueden quedarse con este ramo, a mí no me interesa —y se metió a la oficina de su papá, antes de que su madre siguiera haciendo preguntas.

En la intimidad de la oficina vacía, Jimin soltó una lágrima, que inmediatamente se limpió con coraje.

—¡No más lágrimas! ¿Por qué me hace esto? ¿Qué es lo que pretende?... Cuando terminó conmigo, pensé que nunca más cruzaríamos palabra, yo sufriría al verlo de lejos, en compañía de otra persona, y así, la distancia poco a poco iría borrando mi amor por él. ¡Pero lo que está haciendo no lo entiendo! ¿Por qué me ofrece su amistad? ¿Por qué me dice que le atraigo como persona? Será mejor que ponga todas mis fuerzas en otra cosa antes de volverme loco.

Jimin buscó por la oficina el periódico que siempre dejaba su papá, lo encontró y empezó a leer, eso le sacaría por un rato a Jungkook de su mente.

Más de pronto una noticia llama su atención.

—¡Dios! ¡Taehyung! ¡Tengo que hablar con Taehyung!

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